domingo, 7 de agosto de 2011

Adiós

En una esquina del reloj quedo mi vida dormida,
maldiciendo la hora que conjugo nuestro adiós,
Olvidada del tiempo errante sin encontrar salida.
Con baúles repletos de intenciones que murieron,
Para llenar de tristes lágrimas las vasijas
que colmada se difunden derramando las penas.
creando espejos de los momentos vividos
que encharcaron lo que fue sentido en el pasado.

Manuel cas.

domingo, 24 de julio de 2011

Sencillamente tú

Nada es como uno quiere sin esperaza

Nada se consigue sin algo en el corazón

Todo es vano sin decisión

Porque la vida es para vivirla con amor

Porque el sueño hay que hacerlo eterno,

cada día en cada beso o pensamiento

Nada hay sin ti que me haga caminar recto

Nada quiero si no tengo tus besos

Porque que eres el reverso de mi universo

Que complementa lo que no tengo




MANUEL CAS

lunes, 8 de noviembre de 2010

Chiribitas de amor (25 septiembre 2010)

Aunque tú no me lo digas,
Yo sabré que es de tu vida.



Andaré por tus caminos
Para ser tu único destino
Quiero mirar desde tus ojos
Y hacer de ti mi eterno antojo


Voy a escribir balada nueva.
Para que a tu cuerpo se mueva
Castigando tus sentidos
Al compás de mis latidos
Quiero bailar contigo…
Para volar inmensamente
En nuestro edén más reciente
Quiero bailar contigo…
Descalzándonos en el piso


Inventaremos nuevos besos
Que alentarán estos comienzos
Quiero abrazar tus sonrisas
Uniéndolas a las mías
Quiero que sepas que mi fuego
Sólo en ti encuentra consuelo.



Aunque tú no me lo digas
Yo sabré que es de tu vida

Manuel Cas

Nota; este poema me lo susurró alguien al oído mientras dormía en mis sueños

Hola (8 julio 2010)

Nada es fácil sin esfuerzo

Nada es como uno quiere sin esperaza

Nada se consigue sin algo en el corazón

Todo es vano sin decisión

Porque la vida es para vivirla con amor

Porque el sueño hay que hacerlo eterno,

cada día en cada beso y en cada pensamiento

Nada hay sin ti que me haga caminar recto

Nada quiero si no tengo tus besos

Porque que eres mi universo y reverso

Porque eres mi vida y complemento

Nada hay sin ti, sino te tengo.



Manuel Cas


Amantes silenciosos (28 abril 2010)

Desnuda frente al espejo susurro con calidez su nombre. Al mismo tiempo, mis recuerdos se apoderan de mis deseos de ser nuevamente poseída por Adrián. Al ver mi figura reflejada, mis manos comienzan a deleitarse recorriendo mi piel morena que realza mis senos ovalados, como unos limones maduros con sus puntas erectas apuntando al cielo, esperando algún roce que me deleite. Más abajo, un piercing adorna mi ombligo incitando a ser lamido para darme placer en cada cimbreo. Mis ojos rasgados resplandecen tras el cristal haciendo su celeste más limpio al contemplar mi pubis; en parte rasurado que deja entrever una franja a modo de señal, anunciando dónde está mi secreto más preciado. Las curvas de mis caderas se prolongan serpenteantes en perfecta armonía hasta llegar a mis tobillos, donde las hebillas de los zapatos de tacón de aguja se abrochan, regalándome aún más la sensación de largura de mis piernas, alentándome a acariciarlas. Cerré los ojos y mi mente me desplazó a aquellos momentos donde todo empezó.

Fue el ruido de los de las mudanzas lo que me despertó y me asomé a curiosear, pero no advertí nada interesante, a pesar de que eran chicos jóvenes y atléticos, con sus camisetas ajustadas y mojadas por el esfuerzo que marcaban sus músculos. Al salir a la calle y al girarme tras cerrar la puerta, me encontré de frente con aquel hombre que subía hacia su nueva casa. La impresión que me provocó el tenerle tan cerca y contemplar aquellos ojos tan intensos, me hizo intuir lo que podría ser su interior. Experimenté algo que nunca había imaginado. Disculpándose me cedió el paso pero algo sucedió que me quedé paralizada unos segundos, los cuales él aprovechó para presentarse.

-Hola soy Adrián su nuevo vecino- dijo mientras me tendía la mano.

-Hola, yo soy Eva-. Al escuchar su voz, sentí estremecer algo dentro mí

La calidez de su mano y la delicadeza con la que me la tomó casi me hicieron estremecer y más aún, cuando se quedó mirándome a los ojos y presentí que él había intuido en mí la atracción que había provocado. Sin saber que decir salí atropelladamente hacia la calle, sabiendo que miraba como me marchaba. En esa huida quise evitar el movimiento de mis caderas, pero cuanto más lo pensaba menos dominaba mi culito que se balanceaba provocativamente haciéndome ruborizar...


(continuará en... sigue el enlace) http://todoactivo.blogspot.com/

Mentiras (20 enero 2010)

El que busca la verdad en lenguas ajenas,
sólo encuentra confusión en la de uno mismo.
(Manuel Cas)